jueves, febrero 05, 2009



Pero cada instante que transcurre
estoy en ti y tu en mí como la espada
que pende del cielo invisible
y que arroja su cuerda hasta el averno.

(Jesús Fernández Morillo, Sinfonía prometida)



*Su blog: http://vencidoporsombras.blogspot.com


Imagen: Steve Hogle

13 comentarios:

DR. FREUD dijo...

Me ha gustado, lleno de condensaciones y antíterminos del alma.
Saludos

dintel dijo...

Me cuesta entender la comparación.

Camille Stein dijo...

el amor

y el deseo

que salvan dualidades

y unen opuestos

...

gemmacan dijo...

Una unión con una sombra de peligro. Como todas las que conllevan gran pasión.
Creo.

Terpsicore dijo...

Gracias por arrojar la cuerda hasta su blog.
Un beso.

semifusa dijo...

Y a pesar de ese "pero" se quiere que sea así...

:)

Violeta dijo...

Del cel invisible fins al cor de l'avern. Deliciosa perversió en estat pur.

Brutal, Pura.

Violeta dijo...

Bé, brutal, Jesús.

Mery dijo...

Pura pasión, del cielo al infierno.

Un abrazo

Hernando dijo...

Los compromisos extremos siempre se mueven entre el cielo y el averno, pero como suelen acabar en el segundo es buena idea tener una cuerda.

NoSurrender dijo...

nos pasamos la vida en ese tremendo ascensor, sin duda.

Besos.

Abril Lech dijo...

Sintesis perfecta. Cada instante en un tiempo circular. De las pasiones con trascendencia.

Madame Vaudeville (Chus Álvarez) dijo...

Buf! Fabuloso. Gracias por compartirlo. Un besito.