El dolor que entonces lo era todo,
padre y madre de entraña,
...............................absoluto
no es ahora ni tan solo duda,
breve rumor.
............................Tú dices Mar
............................y no te escucho
porque después de ti,
-blanca inmanencia-
florecieron rosas
a miles
en mi boca.
Sergio Dalma, A buena hora.
Imagen: Flor Garduño