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viernes, abril 17, 2009



-¿Crees que existe algún hombre que no decepcione?
-Querida, la pregunta correcta en este caso no es "quién" sino "cuándo".




Imagen: Jeffrey Levy

martes, febrero 17, 2009

Home Sweet Home



Algunas veces la vida cotidiana nos depara pequeñas sorpresas que tal vez no sepamos interpretar adecuadamente. Quizás podamos desde estas páginas contribuir en echar un poco de luz al respecto para que usted sea consciente de los privilegios de los que goza.

Si cuando llega del trabajo después de una dura jornada en un Instituto de Educación Secundaria, pongamos por caso, se encuentra la cocina patas arriba, no piense que su familia le está jugando una mala pasada, ¡todo lo contrario! Ellos saben que usted está muchas horas de pié, con lo que se produce un defectuoso esfuerzo postural; es por ello que conscientes de los ejercicios relajatorios para la zona lumbar que más le convienen, se sacrifican sin meter la vajilla en el lavaplatos para que usted pueda agacharse repetidas veces, consiguiendo un efecto beneficioso de compensación. Después de introducir vasos, platos y cubiertos sentirá una notable mejoría.

Por algunas pistas dejadas en la encimera, pared adyacente y pared lateral derecha del microondas, tales como manchas de grasa, tomate y hierbas de provenza, no sólo gozará de tal maravilla combinatoria de colores y disposición de elementos, fomentando el gusto artístico por lo abstracto, sino que además ello le dará a entender que su marido ha estado experimentando en su ausencia platos nuevos propios de alguien tan creativo como él en la cocina en vistas, sin duda, a agasajarla con alguna exquisitez en un futuro próximo. De todos es sabido que la monotonía es el mayor asesino del matrimonio, por tal motivo, saber que prepara algo delicioso para el paladar, fomenta la imaginación en la pareja y genera unas expectativas de novedad que son muy recomendables.

Las botellas de agua de plástico vacías no piense que han quedado sobre el mármol de la cocina sin intención premeditada, ¡nada más lejos de la realidad! Ellos han oído reiteradamente que usted cree que no está capacitada para las manualidades y, como complemento a hinchar su ego y autoestima en este campo, disfrutan secretamente de las formas caprichosas que usted genera al aplastar dichas botellas para introducirlas en el recipiente de reciclaje del plástico. Luego, en petit comité, valorarán sus progresos y tenga por seguro que le harán saber lo dotada que está para la artesanía popular casera.

Si la cocina tampoco está barrida, ¡alégrese!, el movimiento giratorio controlado, hará mover ciertas vértebras que compensarán de manera definitiva su dolor de espalda. Un buen recogedor será el colofón perfecto para el efecto compensatorio citado ya anteriormente para el lavaplatos. Además, las migas y restos varios le darán a entender que su familia ha comido bien en su ausencia, con el consiguiente efecto tranquilizador para su mente, porque ellos saben lo mucho que usted sufre por si no están bien alimentados. Piense que esas migas son la mejor metáfora de la tranquilidad maternal.

Por último, con la puesta en marcha del lavaplatos se producirá un efecto zen, fruto del rumor del agua entre los diversos objetos en él depositados. La monótona vibración del electrodoméstico conseguirá un relax maravilloso, semejante al rumor de las olas en una playa desierta. Si acompaña a este ejercicio de placer auditivo, el fregado de piso, el efecto de la talasoterapia se verá reforzado. Concéntrese en el sonido, haga bailar la fregona al ritmo del oleaje y déjese llevar por la paz del hogar a la que su familia, muy generosamente, le ha invitado.



Imagen: Joel-Peter Witkin

domingo, agosto 24, 2008




-Dicen que las mujeres tenemos una mayor capacidad de fingimiento que el hombre.
-Es curioso, ¿verdad? Será algo cultural.
-O genético.
-Las mujeres sois mas listas, eso es una evidencia
-O no.
-Sí, sois más listas.
-¿Listas? No lo creo, porque fingiendo, al final no se va a ninguna parte.
-Te aseguro que sí, que conseguís más cosas que nosotros. Y si no se va a ninguna parte, al menos se sobrevive muy bien.
-Pero, ¿quién quiere sobrevivir a ese precio?
-Mmm. Tú sabes que hay muchas mujeres que consiguen lo que quieren a fuerza de... su encanto personal
-Lo sé y me parece detestable, pero yo me refiero al fingimiento diario, a hacer lo que se espera de una, de hacer lo correcto, lo razonable.
-Yo es que siempre soy muy sincero con mis sentimientos.
-Ya.
-Por cierto, ¿te ha gustado... lo de lo hoy?
-Has estado maravilloso, cielo.





Imagen: Yuri Bonder

lunes, julio 07, 2008




-¿Nunca has tenido deseos de tomar un avión e irte lejos? A un lugar donde nadie te conociese, que pudieses empezar de nuevo, sin rastros, ser otra persona...
-¿Y qué harías diferente, María?
-No lo sé. Actuar sin prejuicios, sin ser lo que se espera de la hija de, de la madre de, de la esposa de...
-¿Y cuánto tiempo crees que te duraría esa ficción?
-¿Por qué "ficción"? Sería yo, sólo que de otra manera, sin responsabilidades adquiridas, Mónica.
-Yo creo que acabarías siendo la misma que eres.
-Joder, no me digas eso. Es como condenarme a repetir los mismos errores.
-No serían los mismos errores porque tendrías memoria de tu antigua vida y llevarías contigo tus vivencias y lo que has aprendido de ellas. Por eso acabarías haciendo lo mismo que ahora.
-Podría ser una libertina, tirarme a todos los tíos que me diese la gana, sin explicaciones, sin pasado.
-¿Y qué más harías?
-No sé, Mónica, ser otra.
-¿Y yo sería amiga de esa otra?
-Renunciaría a todos mis amigos. Es el precio.
-¿Y si nos vamos las dos y nos repartimos los tíos? Veamos... tú los rubios los días pares y yo los impares y luego lo mismo con los morenos. Los pelirrojos serían negociables. Y los negros y los chinos nos los podríamos jugar a cara y cruz.
-Y nos desharíamos de los plastas sin remordimientos. ¡A tomar por culo!
-Y el que folle mal o explique miserias... ¡a la mierda!
-Eso, eso, ¡¡a la mierda!!
-Y trabajaríamos en un bar de copas como el Bar Coyote y bailaríamos sobre la barra.
-¡¡Eso, eso, sobre la barra!!
-Joder, qué tarde se ha hecho. Voy a buscar a los niños, que hoy Enrique tiene baloncesto y Natalia ballet.
-Sí, yo voy al veterinario a recoger a la gata y tengo la nevera vacía que entre semana no me da tiempo a nada. Ah, y que no se me olvide pasar por la tintorería a buscar el traje de Antonio.
-Ni a mí el reloj de Luis.
-¿Nos vemos el lunes para tomar un café?
-Claro, ¿en el sitio de siempre?
-Sí, en el de siempre.





Imagen: Floriana Barbu

martes, mayo 13, 2008



-No sé que ponerle.
-Hija, escríbele cualquier cosa, total es sólo un sms.
-Es que no sé que ponerle para que no se note que me interesa pero que no parezca una idiota.
-No le des más vueltas. Ponle: "hace mucho k no nos vemos, kedamos?"
-¡¡Tú estás loca!! Si le pongo eso, ¿qué va a pensar de mí?
-Pues ponle: "te echo de menos, no puedo vivir sin ti, necesito verte".
-Je, qué graciosa eres...


-No sé que ponerle.
-Ya.
-Jo, ¡no me ayudas nada!
-¿Y si le mando el sms y luego ni me contesta?
-Pues peor para él. Tú mándalo y ya está.
-Es que no sé qué ponerle.
-Pon algo ambiguo y siempre le puedes decir que te has equivocado y era para otra persona.
-Algo como qué.
-Pues: "d acuerdo, kedamos" y si te contesta le dices que era para una amiga pero ya que llama podríais quedar a tomar un café.
-Qué retorcida eres.
-¡Pues ponle lo que quieras!
-No te enfades conmigo, es que no sé qué ponerle.


-Mira ése que entra. Ése sí que está bueno.
-Jooooder, ¡está buenísimo!
-Voy a acercarme a hablar con él.
-¿En serio? ¿Así sin más?
-Claro, que hay mucha loba aquí. Voy antes de que me lo quiten. Igual le gustan rubias y te lo paso a ti.
-Vale, ve. Y, sobre todo, no vuelvas sin su número de móvil.

sábado, marzo 22, 2008

Momentos


La primera vez coincidieron en una cena, pero no resultó ser el mejor momento. A él le asaltó un repentino dolor de cabeza. Un dolor insoportable, mareante, que le obligó a salir del restaurant a tomar un rato el aire. Luego, ya de vuelta, y tras una aspirina, poco a poco fue recuperándose. Ella, que permanecía sentada en la silla de enfrente, glamourosamente vestida (contrastando de manera apabullante con el aire informal de los demás comensales hasta el punto de verse un poco fuera de lugar), se levantó con prisas. A su regreso, explicó a sus compañeros de mesa que había tenido que ir con urgencia al lavabo por problemas intestinales (en concreto dijo que había tenido una diarrea impresionante, expresión tan fuera de lugar como su atuendo), obteniendo como respuesta, un "huy, qué pena, ¿ya estás mejor?" ignorando que a la mujer de su derecha, no sólo no le importaba lo más mínimo su estado de salud sino que hubiese preferido que, en un regalo del destino, se hubiese colado por la taza del váter y hubiese desaparecido de la faz de la tierra (y obviamente de aquella cena).

Tras los postres, aquella primera noche, ella hizo un rápido resumen de la situación calibrando las opciones reales de conquistarlo y los intereses de él que parecían estar centrados en las miradas que compartía con otra chica, de manera que decidió marcharse a su casa arguyendo el delicado estado de su estómago. Él, haciendo de tripas corazón, fingió estar mejor de lo que estaba porque le había echado el ojo a la compañera de la derecha de la chica que se había puesto mala de la barriga (como lo calificó otro de los comensales) y no era cuestión de desaprovechar la ocasión por una cefalea remitente.

Pero, como en una partida donde se reparten las cartas y sólo al final, tras las apuestas y una buena dosis de azar, meses más tarde coincidieron en una cena organizada por una amiga mutua. Entonces, los dioses fueron benévolos y todo pareció confluir para que al final se encontrasen en una apasionada noche de sexo y boleros. Él, náufrago de desamores; ella, cazadora paciente.




Imagen: Albert Watson

lunes, enero 28, 2008

Dos por Dos


Sigues hablándome de ti aunque con una cierta prevención, pero poco a poco deshago tus defensas y te muestras. Algún que otro sentimiento se desgrana entre tus dedos. Yo intento parecerme a él, a su parquedad, a su estoico porte, como si todas las cosas de este mundo le fuesen por demasiado conocidas, ajenas. No te pregunto por él, eso no, no puedo hacerlo. Sé que cuando nombre a tu dueño huirás para siempre y no, aún no, debes quedarte un poco más. Necesito saber cómo eres, intuirme a través de ti, descubrir los misterios que nos hicieron suyas a ti y a mí. Contengo cada palabra como una presa programada. Y te digo hasta pronto, ha sido un placer y tú (como era de esperar) me contestas que para ti también y escondo mi sombrero en esa entraña conocida.



Imagen: Jeffery Scott

lunes, enero 21, 2008

Celos


Me cuentas tus cosas, me hablas de tu tierra. Te intuyo fuerte, serena, altiva, y entiendo que él esté contigo desde hace tanto tiempo. Hablamos máscara sobre máscara, fabricando a prisa caparazones. Tú me cuentas tu vida, ajena a mi engaño, porque tú no sabes que yo soy la otra. Te imagino a su lado, enredada en esa sonrisa suya, en esas sus manos dulces. Y yo que también lo comparto con otros, aun así, sin derecho, sin excusa, siento celos de la víscera que te nombra.




Imagen: Igor Amelkovich

martes, diciembre 11, 2007

Comunicación


-Pues yo sí creo que nos hablan desde "arriba".
-Será la vecina ésa del sexto que está tan buena, Pepe.
-Joder, Julián, que te digo que sí, que muchas veces siento que me guían, que me ayudan en la vida.
-Tío, ¡si estás en el paro, tu novia te dejó por otro y ya no tienes casi pelo!
-Julián... ¿y quién te dice que sin "ellos" no estaría aún peor?
-Mira, Pepe, si realmente te avisaran los del Más Allá o los santos o Dios o quien quiera que sea, te habrían advertido que yo hoy he quedado contigo para pedirte dinero.


Imagen: Interior del Templo de Tequixtepec (Oaxaca)
* En el cartelito pone: "No tocar el decorado. Gracias por cuidar mi casa"

lunes, diciembre 03, 2007

Intrusos


La madre tomó a la niña en brazos y subió las escaleras hasta su cuarto. En el trayecto, la pequeña habla de lo que le va a pedir a los Reyes Magos, de hecho dice que no les va a pedir nada, que ellos ya sabrán lo que quiere. La madre trata de convencerla de la conveniencia de darles pistas, a lo que la niña responde que no, que son mágicos y ellos saben. La coloca en su cuna y la pequeña se tumba mientras la madre le canta una versión de Submarino Amarillo al gallego con un toque surrealístico-infantil. La niña le dice que no se vaya, quédate conmigo, mamá. La madre recuerda entonces un recurso que para ella era infalible.
-Duerme tranquila, que el Ángel de la Guarda te acompaña.
Pero la niña se incorpora de un salto y sujeta a la baranda de la cuna, con unos ojos como platos, le suplica:
-No, noooo, ¡yo no quiero a nadie en mi habitación!
A lo que la madre responde presurosa, que no, que era una broma, que era una cosa que ella decía de pequeña, pero en broma, eh, solo en broma. La niña se tranquiliza y vuelve a acostarse. Sus ojos se van cerrando mientras la madre toma su manita y va cantando otra adaptación casera: "Dorme, dorme, Aleidiñaaa, que o teu papa está no campo, Aleidiñaaa".


Imagen: Peter Lindbergh

domingo, noviembre 04, 2007

Paradigma


Se levantó con una idea fija: necesitaba un bolso. No un bolso cualquiera, claro, debía reunir unas ciertas condiciones. Primero debía ser lo suficientemente grande para poder meter no sólo el monedero y los cachivaches de siempre, sino algunos libros y cuadernos de notas. Tampoco debía ser muy aparatoso, pues otra de las condiciones indispensables es que tuviese una correa para poder llevarlo colgado trasversalmente. De esta manera quedaría con las manos libres para llevar la maleta y poner manejar pasaporte y cartas de embarque.

La moda de aquel año apostó por los bolsos de asas cortas, por lo que el surtido de material con bandolera era más bien escaso. También debía cumplir otra norma para ser considerado aceptable: debía ser barato, con lo cual disminuía las posibilidades de encontrar lo que ella buscaba. Porque sí, lo buscaba. Sabía que existía, que algún diseñador en alguna parte había pensado en todas esas utilidades y sólo era cuestión de tiempo que diera con él.

Fue mirando cada uno de los modelos que ofrecían las diferentes tiendas que visitó. Siempre parecía faltar una de las cualidades por ella requerida. Después de varias horas, estaba ya por desistir. Sólo quedaba una última tienda. Entró y empezó a mirar los modelos. No, no, no, este no, este tampoco... hasta que una dependienta amabilísima la ayudó en su búsqueda. En cuanto ella le contó lo que quería, la dependienta fue sacando modelos que se ajustaban bastante a lo que ella buscaba. Al fin sacó uno que parecía responder a todas las expectativas. Sí, sin duda era él. Grande pero no enorme, cremalleras, asas de mano y asa bandolera, negro discreto y barato. Ni que decir, que salió a la calle llevando una bolsa que contenía la compra.

Al llegar a casa, lo sacó de la bolsa de la tienda y se dio cuenta de lo feo que era. Que los bordados lejos de dar un toque gracioso eran el paradigma de la horterez, que la textura de imitación de piel brillaba demasiado, que su aspecto denotaba claramente que su portadora caería por completo de glamour y tampoco podía pasar por una pieza informal, que hubiese sido una idea soportable.

¿Y ahora qué? ¿Cómo era posible que acabase de comprar "aquello"? El agotamiento debía tener la culpa, no podía ser otra cosa. En ese momento, también recordó que se había casado muy mayor.


Imagen: elsgarcía

martes, octubre 30, 2007

La mañana

Abre sus ojos la ciudad, acaricia las calles retorcidas, los semáforos en ámbar. Un, dos, tres, stop. Reza un vendedor de parabrisas brillantes la conocida letanía y el conductor reniega de su fe, mueve la cabeza, un, dos, derecha, izquierda y dibuja un No. Abre sus puertas el zapatero con hambre de medias suelas y tacones decapitados. Cuelgan sobre su cabeza los trofeos ajados que un día calzaron pasos, que vieron gatos negros cruzando la avenida y corrieron los ciento doce escalones hasta el andén del metro.
Sigue en marcha la hora de entrada al trabajo que saluda sudorosa a la entrada al colegio que saluda sonriente a la cola del paro. Engulle el Ministerio un bocadillo de funcionarios apáticos y discuten los gorriones en los árboles, mientras en un piso de un barrio de sur alguien aporrea un piano. Do, re, mi, tú, sí, yo, no.
La mañana teje su corazón de esparto en mil manos de porcelana.




Tanghetto, Barrio Sur

miércoles, octubre 24, 2007

Proceso

-Mira, la única verdad es que todo proceso creativo comporta un esfuerzo. Idea + Constancia (entre "Idea" y "Constancia", dibujó el signo más en el aire como un urbi et orbi).
-¿Y la musa? ¿Acaso no es la musa la llama esencial del arte? -dijo ella.
-¡Qué musas, ni que nada! ¡Constancia, trabajo!
-Pero tú hablas de "idea" y la idea sería resultado de la inspiración -contestó ella con voz derrotada.
-Sólo el tesón logra las grandes obras.
-¿Sólo eso? ¿Estás seguro?
-Que sí, coño, que sí.
Entonces ella se levantó con aire digno, cruzó el estudio más dignamente aún (en un alarde sin precedentes de dignidad -que no era más que chulería pura y dura- y que desmientía rotundamente la vieja teoría de que las musas tienen un gran sentido del humor y una paciencia infinita). Antes de abrir la ventana, le brindó una sonrisa maliciosa, alzó las manos y se fue volando.
Algunos aseguran que no volvió jamás.





Sesión fotográfica de Erik Kroll

lunes, agosto 06, 2007

Indecisión

No sé cuál ponerme. Media hora con el rollo de la camisa. Sí, quizás la azul. No, no, la azul no. A ver. Ésta sí. Qué bien me sienta el granate. Ahora un poco de colonia y listos. Las llaves en el bolsillo derecho, la cartera en el bolsillo interior. Los billetes del tren también. Sí. Una última ojeada, campeón. ¡Ole el espejo! Si es que estoy fenomenal. Joderr. ¿Esto qué es? ¿Una mancha? Maldita sea. Y el tiempo se me echa encima. Pues la azul. Hala, la azul de los cojones. Jódete con la mancha. Entonces la corbata de rayas. Puto desorden. ¿Dónde estás corbata? Mierda. Bueno da igual, la floreada. O tal vez la de topos. No, topos no. La floreada, sí. Y si no, sin corbata. Qué tarde es. Venga, todo bien cerrado. Va, ascensor. El vecino capullo ése que se cree que el ascensor es suyo. Y rima y todo. Si es que soy un poeta. Acaba ya, mamón. Menos mal. Qué calor en la calle. Anda qué suerte, un taxi.
-Dígame, señor.
-A la estación del tren.
-Bien, señor. ¿A qué hora sale su tren?
-A las cuatro.
-Ejem... ¿sabe usted que son las cuatro menos diez?



lunes, junio 18, 2007

Piraguas




-Hoy, ¿tú quién eres?
-Creo que hoy soy tú.
-¿Estás segura?
-¿Quién puede estar seguro de nada?
-Ayer sé que fui yo. Al menos por la mañana.
-Sí, ya me di cuenta. Por eso creo que hoy soy yo.
-Puede ser.
-Deberíamos jugárnoslo a los dados. Sería más sencillo.
-No es mala idea, no. A fin de cuentas ambas tenemos la misma suerte.
-Sí. Pero a mí los hombres me gustan más cabrones que a ti.
-Será para compensar. No todo va a ser sufrir, nena.
-Sí, pero... ¿y el morbazo que dan?
-Jo, eso sí. Puta vida de tranquilidad. ¿Se podrá uno morir de aburrimiento?
-Si fuese así, tú, o sea yo, ya hace tiempo que estaríamos criando malvas.
-Ni eso, porque las plantas se nos dan fatal.
-¿Hasta como abono?

-Oye, creo que deberíamos intentar dormir un poco, que ya es tarde.
-Sí, que si no, mañana vamos a tener una ojeras como piraguas y no es plan.
-Nos hacemos mayores, eh.
-Bah, no estamos tan mal.
-Buenas noches, yo.
-Dulces sueños.


Imagen: Simon Procter

viernes, junio 08, 2007

Respuestas

-Antonio, ¿me estás escuchando?
-Sí, querida.
-Pues repíteme lo que te acabo de decir.
-Claro, mujer, me has preguntando si estaba escuchando.




Canta: Javier Krahe, Dónde se habrá metido esta mujer

miércoles, mayo 09, 2007

Reto


Sí, lo confieso. Tu nombre es ya sólo un reto. Un reto. Te envolveré de nuevo para gozarte. Serán tus manos fuente de mi sexo manando luz ciega que fue tuya. Ahora no. Sólo eres un reto. Te levantaré hasta mis ojos, bebida de oscuro deseo, veneno maldecido en ausencias. Te haré rodar entre mis dedos. Clin. Clan. Y vuelta a empezar. Clin. Clan. Y cuando te consiga, antes de dejarte caer, jugaré contigo al cuánto te he echado de menos, al ámame como yo te amé. Entonces, triunfadora, seré yo quien decida el cómo y el cuándo. No hay prisa. Primero te gozaré y luego más y más, hasta que no quede placer no consumado, hasta que tu boca no recuerde más labios que los míos. Bailaremos de nuevo bajo la luna atenta. Y saborearé tu cuerpo tanto tiempo añorado. Qué dulce la piel de tus muslos, suave aroma de miel, lengua ávida de noches, intacto fruto del árbol de los sueños. Será tu espalda bálsamo esperado, barca sin rumbo navegándonos. Luego, te dejaré caer, ya te lo he dicho. Aunque tú no lo sabes, te dejaré caer. Pero, tranquilo, no tengo prisa. Ven, que te goce otra vez.



Imagen: Akif Hakan Celebi

lunes, abril 16, 2007

Monosílabos


-Chica, no sé. ¡Estaba más raro!
-¿Raro por qué, Marta?
-Ya sabes, contestando con monólogos. Sí. No. Sí.
-Será con monosílabos.
-Eso, que ya no sé lo que me digo.
-Estaría ocupado en algo o lo llamarían por teléfono.
-Mira, Esther, que no, que yo lo conozco y aunque no lo esté viendo sé qué hace y cómo se siente sólo con lo que me teclea y la manera de hacerlo.
-¿Y qué crees que le pasa?
-Para mí que estaba chateando con otra.
-¿Con otra? ¿Otra de la sala?
-Sí, hija, porque no tienen ni la decencia de ligarse a las de la sala de al lado.
-¿Y con quién va a ligar si todos saben que estáis juntos, Marta?
-Que hay mucha cabrona envidiosa y como saben que está bueno... pues eso.
-Bueno sí que está, sí.
-¿Y tú cómo lo sabes? ¿Lo has visto?
-Bueno, sí, me dio cam un día, pero sólo un momento, no vayas a pensar mal. Ni cibersexo ni nada, eh.
-Ya, sólo faltaría. Somos amigas.
-El que está que cruje de bueno es Dragon_Rojo25. ¿Lo has visto?
-Síiiiii. Lo vi un día. Joder, es verdad. Está cañón.
-Marta, te he de confesar que se me puso muy morbosete y...
-Jajajajajaja... ¡¡conmigo también!!
-Otia, qué buenooooo.
-Y con Luis, ¿cómo lo llevas, Marta?
-Bien, bien. Es majo, creo que nos veremos pronto.
-Es muy simpático. Como Tony.
-Sí, a Tony lo conozco ya... jejeje.
-Marta, por diossssss, la cosa sería ¿a quién no conoces?
-¿Ves? Sigue con los monosílabos. Seguro que está con otra. Alguna cerda de esas que quiere jorobarme.
-¿No será Mariposa_Azul_00?
-Ahora que lo dices... Como sea ella, llamo a ese amigo hacker que me ligué el otro día y le digo que le pase un troyano al pc. Y a él lo voy a poner de vuelta y media.
-No te precipites, Marta.
-Que sí, que lo sé, que lo presiento. Este capullo está con otra.
-Bueno, cuelgo que se ha conectado Imperator_2.
-Sí, también Luis está en línea. Un beso, niña.
-Un beso, reina. Si me entero de quien es ella, te aviso.



Imagen: Yuri Bonder

lunes, febrero 19, 2007

Nada




-¿Tú crees que habrá más como nosotras?
-Seguro.
-¿Y a todas nos diría lo mismo?
-Supongo.
-Parecía sincero, ¿verdad?
-Sí, sin duda.
-Y ahora, ¿qué?
-Nada.



Imagen: Martín Crespo.