martes, febrero 26, 2008


Tú no sabes que yo sé, pero yo sí sé que tú sabes, no su nombre (mi nombre), ni mi rostro, ni mi cuerpo suyo. Yo tampoco te conozco. Sólo te leo a través de sus ojos, de saberte escogida espina entre mil espinas. También yo lo fui cuando sus manos tañeron sonidos nuevos en mis ojos, dueño de sombras, señor de la cara oculta.
Hijas somos del deseo
..................... y cabalga su nombre sobre nuestras bridas.




Imagen: Steven Speliotis

21 comentarios:

Miguelo dijo...

DIOS!!! ME ENCANTA ESA FOTO!!!

CurroClint dijo...

Hum... Curioso.
Un beso misterioso.

nancicomansi dijo...

Somos tantos como distintas miradas nos observan...

enrique dijo...

Foto y prosa sugerentes...

josejimenez dijo...

vaya par de jakas...

LOLA GRACIA dijo...

espina entre mil espinas

Anónimo dijo...

Tantas veces somos alguien sin nombre habitando la sed de una mirada….tantas veces somos aroma en las espinas de un rostro…tantas veces somos la cuerda que ata y el deseo de ser cautiva, todo en el mismo nombre, o en su nombre o en la ignorancia de saber quien se oculta detrás de cada mascara.

Un abrazo.

Mamen dijo...

Hijas de su deseado nombre...
¡Cuánta verdad!

Besos.

Luna Carmesi dijo...

A mi me gusta tener las riendas.
No lo voy a negar.

PerSe dijo...

vos siempre con esas fotos tan bonitas :) jaja

Pasion_intima dijo...

Bonita y sujerente entrada, un placer verla y leerla, un beso

uminuscula dijo...

si que mola la foto, siiiiiiii

alfonso dijo...

Excelente fotografía. El blanco y negro es el mejor color, en singular. El texto es inquietante. Sé lo que tú no sabes. ¿lo sé?

mjromero dijo...

Sabias palabras de quien ya sabe y a la vez, o precisamente por ello, llena el espacio de misterio.
Un texto hermoso y profundo.

Ana di Zacco dijo...

Esta serie de ellas dos me encanta. Y sigo pensando que deberían acabar amigas del alma :)

Fernando dijo...

Nada que ver con el post: ¿has sacado fotos de Oxaca? Versos?
Donde estan?
Besos

Basquiat dijo...

que bello texto, lo he leido hasta con la piel.

Anónimo dijo...

Tremendo el deseo y tremendo el mondo de contárnoslo.
Y una deja volar la imaginación ...

Anónimo dijo...

Ahí, ahí... en esos dos últimas líneas está la clave de la naturaleza humana.

Mandarina azul dijo...

¡Qué bueno, Sintagma!
He terminado de leer e inmediatamente me ha venido a la cabeza un texto tuyo anterior. Recordaba la imagen que lo acompañaba. Me he ido hacia atrás... y ahí estaba. Y su título coincide con el nombre de la etiqueta de éste.
Así que... creo que sé lo que dices. ;)

Un besazo. :)

Unknown dijo...

Ah, esa compulsiòn a pertenecer y asombrarse, para sucumbir, medianoche de seda y alcohol en la herida; alejarse a reconstruir los andamios del cuerpo y abrigarse nueva en la piel de'ese otro'; supliciante deseo de pertenecer y abismarse...¿me puse circular? Es la medianoche de seda herida, o no sé.
Me gustò leer su texto, autor/a. Gracias por tamaño agrado.