TRES. Basta volver a introducir los dedos bajo la tela. Cerrar los ojos. Allí estás otra vez tú. Y tu boca da paso al tránsito húmedo del deseo como una orden que no admite réplica. Mis dedos juegan a aritméticas, siguen la cuenta de un rosario líquido que moja los muslos de mi alma. Sigues tú en mi cabeza, tacto recordado, materia precisa que se recrea oliéndote. Vuelvo a ser medusa que nada en playas de locura. Dibujo tres cometas que se balancean en el recuento de tus manos... y me pregunto:
¿quién eres tú?
7 comentarios:
Un texto muy bello. Y muy sugerente. Enhorabuena por el blog, me gusta mucho. Saluditos apretados
¿ y qué hace un arma de seducción masiva como tú en un blog como este?
Hay ay ahí mi Safo.....
"Nada. Sólo la marea que sube."
si te veo en la próxima estación de tránsito te saludo otra vez.
¿A dónde dijiste que ibas ahora...?
Claro, las coincidencias suelen ser rarezas, y más raras aún si uno pregunta coordenadas.
a volar, pues.
lo sutil y lo seductivo se dan tan bien la mano aqui que tientan el deseo siempre, siempre...
Se toca el recuerdo, que moja y enciende.
Buena pregunta
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