viernes, abril 23, 2010


Se cierran los ojos
con la placidez del regreso,
de saberte después de surcar tantas sombras
en tus manos de libélula.
El labio sueña un reposo silente.
No es necesario explicar nada;
uno es lo que es
y no hay más.
El cuerpo anida ya en los brazos
de antiguas raíces

en la tierra hambrienta
que parió mil deseos.




Y yo regreso a ti,

hija de mares y olvidos,
de rutas de ida y vuelta,
de manos vacías, de sí pero no.
Ahora, no importa;
tu boca sabe a olas
y mi lengua, en tu vientre,
siembra sal.

(De Mares online, Ed. Sial, 2008) 



Imagen: Soledad Fernández

10 comentarios:

alfonso dijo...


Pasar, mirar, leer...

blue bicos

CristalRasgado & LaMiradaAusente

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Lena yau dijo...

Sembrar sal...

(marcar, de nuevo...)

Siempre es un placer leerte, P.

Un beso, un abrazo, Feliz San Jordi y feliz día del libro!

ralero dijo...

Regresar a la luz de quien nos espera en Ítaca, bien vale el amargo y largo periplo de transitar por mares en sombra.

Abrazos.

Licor de Luciérnagas dijo...

¡tú sí eres un peazo de mar online que salas que te sales!

Angel Castillo Fernández dijo...

...bendita siembra.

Micaela dijo...

Paso a saborear un ratito tus mágicos versos... Un fuerte abrazo y feliz domingo.

Pablo Fer Racines dijo...

Me gusta , en esa siembra de sal está todo el poema .

Un gusto leerte

Anónimo dijo...

No se fragua con el tiempo, el amor de una sola noche, ni el tiempo enjuaga las lágrimas de antiguas heridas que se arraigan en la tierra hambrienta que parió mil desvelos. Los amores de una sola noche son como las reliquias de la abuela, perlas de antaño.

Besos

Ani

Eria.. dijo...

Tus poemas son tan bonitos siempre que pocas veces se que decir.

Lokita dijo...

Imposible no regresar a ti.
Petons