Tu boca me acoge como fruta dulcísima.
Soy racimo ofrecido en tus manos altivas.
Nadie supo antes de tus dedos fugitivos,
a nadie daré cuenta de ellos
cuando me vaya.
Serán mis muslos ábaco de la memoria de tu tacto,
pie arqueado en un gemido
cara y cruz de juego no marcado.
(Fragmento de: De ti y de mí, en Las mejores historias de amor, ed. Pigmalión, 2012. Coord. Antonino Nieto)
Imagen: Martín Toyé
4 comentarios:
Un hermoso recuerdo entre dos.
Saludos
Pie arqueado en un gemido. Wow
¿Te he dicho hoy que me encantas?
Despues de leerte y releerte todos estos años, tanto online como en papel, después o más bien de repente, he visto en el esqueleto de tus palabras al joven Borges con una sonrisa tan irónica como elegante. No sé si voy errado ( o quizás voy "herrado" ¡ja, ja!)
Salutacions.
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