domingo, febrero 27, 2011

y como noches




y como noches
como noches como panes
panes envenenados
como noches como ascuas
en ascuas
en ascuas toda la noche
brasa de espera
contando entrañas


soy la mujer entrañable
dicen que soy entrañable
dicen


y trago noches
y trago insomnios
entrañas de sonámbula en ascuas


noche cabrona
no reproche
no queja


calla
calla


brasas mudas
calla
calla y traga


ya lo sabes
lo sabes bien
si te quejas
te dejan








Imagen: Soren Skov

domingo, febrero 20, 2011

Por mi culpa


Me lo merezco
Me lo merezco
Vendetta
Me lo merezco
Por mi culpa
Por mi culpa
Por mi grandísima culpa

Me lo merezco
Mereloezco
Por Merelotriz
Meretrizleando
Vendetta
Vendida

Por mi culpa
Por tu culpa
Por tu grandísima culpa

sábado, febrero 12, 2011

Las niñas buenas


I


Soy una niña buena.
Soy una niña buena.
Soy una niña buena.
Soy una niña buena.
Soy una niña buena.
Soy una chica comprensiva.
Soy una chica comprensiva.
Soy una chica comprensiva.
Soy una chica comprensiva.
Soy una mujer complaciente.
Soy una mujer complaciente.
Soy una mujer complaciente.
Soy una señora transigente, complaciente y comprensiva.
Soy una buena señora transigente, complaciente y comprensiva.
Soy una transigente comprensiva, buena, complaciente y señora.
Soy complacnte, comprva, una, sñora, buena transig y.


II


Soy un lba.
Soy una loba qu cme.
Soy una loba que come niñ bnas.
Soy una loba que come niñas buenas para que no crezcan.





Imagen: Tim Walker

sábado, febrero 05, 2011

FURTIVISMO


FLORA Y FAUNA VIRTUAL FURTIVISMO
Tipos de chateros:

La primera diferencia remarcable que hemos encontrado, se podría establecer en función de la hora de conexión. Es distinta la gente que entra por la mañana a la que se encuentra de noche. Si bien es cierto que algunos están mañana, tarde y noche y hasta fiestas de guardar, la diferencia fundamental estriba en que la mayoría de la gente que se conecta por la mañana lo hace desde su lugar de trabajo.

Los que tienen (tenemos) la fortuna de trabajar una gran parte del tiempo en casa, podemos decir que si chateamos, no trabajamos y, como el negocio es nuestro, pues peor para nosotros. Cuando se chatea desde la oficina de una empresa cualquiera o desde algún organismo oficial, se corre el riesgo de que te puedan echar por ello –ya hay jurisprudencia sobre este supuesto-, de forma que la cosa resulta peligrosa. Pero es que, además, esa clandestinidad implica una manera de chatear distinta. Son participantes que se callan de repente, con numerosos cortes en su discurso, provocados por la entrada del jefe, que obliga a minimizar todas las ventanas e incluso a cerrar directamente la página para disimular que estamos haciendo el ganso un rato, en lugar de hacer algo útil para que España, supuestamente, siga yendo bien. Así, muchos pasan las horas muertas o los ratos libres, charlando en los chats, a la espera, por ejemplo, de la hora de salida...

Ely : pannnnnnn
PaN : yo aqui esperando q den las 5
Ely : para que?
PaN : para irme a casa
Ely : ahh que suerte

Estos chateros pseudo-currantes, más los que le ocultan a sus parejas que chatean y dicen estar trabajando o navegando por la interesante Red, son los que llamaremos, evidentemente, “chateros furtivos”. Esta modalidad de chateo tiene sus inconvenientes porque se debe estar pendiente constantemente de no ser sorprendido o por el jefe o por el/la espos@, pero esta misma circunstancia le confiere al chateo un grado de morbo y emoción nada despreciable. Son muchos los que comentan que esa “tensión añadida” tiene su gracia, y lo comparan a hacer el amor en un ascensor, donde –al parecer- el punto reside precisamente en hacer algo prohibido, furtivo y fugaz.

Si somos cyberfurtivos es muy importante que el interlocutor que hemos escogido, sobre todo si estamos enmatojados, sepa que un silencio por nuestra parte no significa falta de interés ni nada por el estilo, sino que, simplemente, o ha llegado el jefe o, en el caso de los furtivos caseros, ha hecho acto de presencia la otra parte o pareja o los niños que aparecen para que les atemos un cordón de las zapatillas o para que cambiemos las pilas de la GameBoy y cosas de esta índole. Si quien percibe nuestro silencio no es muy paciente o es algo inseguro –de esos que piensan que todo el mundo los deja colgados-, igual desaparece de nuestra pantalla y, a lo mejor, se pierde una de las experiencias más fascinantes de su vida (¿por qué no?).

Así que cuando corremos el peligro de ser pillados en furtivo chateo, advertimos a los de la sala si da tiempo:

malvado_32 : ups, el jefe
malvado_32 : desaparezco un rato
malvado_32 : bye
8malvado_32 abandonó la conversación.

Pero lo mejor es despedirse a la francesa, o sea, sin previo aviso, no sea que perdamos un trabajo por no parecer maleducados. Luego, a esperar a que el jefe se largue para poder volver:

Jake0 : me marcho adesayunar
_Marga_ : Jake, guárdame un churrito
Jake0 : luego si el jefe se pira entro un rato mas
_Marga_ : como te pille el jefe...
Jake0 : adios a todos
8Jake0 abandonó la conversación.

Si la cosa es por la pareja, las excusas pueden ser variadas. Verónica, que es una chatera veterana, ofrece algunos ejemplos a Luis que puedan ser creíbles, es aquello de “sabe más el diablo por viejo que por diablo”:

Luis_761 : ME TENGO QUE IR QUE SI NO MI MUJER ME REGAÑA
Veronica : no seas tan veloz... dile que se acueste
Veronica : que tu tienes que trabajar en el ordenador
Veronica : dile que estas con el power point dibujando

Es lógico, por tanto, que el talante de los que chatean por la mañana, desde el trabajo, o por la noche desde casa, sea distinto. Lo que ocurre es que en el caso de los chats en lengua española, al ser visitados por gente de franjas horarias muy distintas como los que viven en América, por ejemplo, hace que se mezclen unos y otros, los que chatean desde el trabajo y los que ya están en casa y, quizás por eso, no se note tanto. Pero es curioso observar cosas como éstas:

Karenina : hola buenas noches
8Berth©® se unió a la conversación.
Berth©® : hola sala, buenos dias

Lógicamente el ánimo de Karenina, que está a punto de irse a la cama –suponemos que después de un duro día de trabajo- ha de ser distinto al de Berth que acaba de incorporarse al chateo con la legaña aún colgando.

Cuando se sospecha que van a descubrirnos, si no se quiere cerrar la página de chat porque a veces es un poco laborioso volver a entrar, lo mejor es minimizar y dejar a la vista una página de tratamiento de texto si es que se supone que estamos trabajando –o el Power Point que recomendaba Verónica-, o alguna web de las Misiones Salesianas, por dar una idea al azar. Lo que suele suceder es que, en realidad, sí tenemos varias cosas abiertas a la vez y se oyen unos pasos que se acercan... empieza uno a minimizar pantallas a toda máquina, pero con los nervios no sabemos por cuál empezar y venga a darle con el ratón a las webs y... ríete de las pelis de Alfred Hitchcok. Para que esto no ocurra, lo más sencillo es darle al icono de “mostrar escritorio” que aparece en la parte inferior de la pantalla del windows y, de esta manera, se minimizan todas las pantallas a la vez y luego, si da tiempo, maximizamos la que nos interesa –la de las misiones, por ejemplo-.

También es importante, si estamos en un chat y nos aparecen las ventanitas parpadeantes de los susus debajo de la barra de tareas, correr esta barra hasta que quede oculta en el margen derecho y no se pueda ver.

Hay medidas más radicales, aunque algo más incómodas:

Nûbëcitå_ : bien, aca paseando un ratito, estoy en un cyber haciendo tiempo
®Náy : ya no tienes pc en casa??
Nûbëcitå_ : si, pero en casa no puedo chatear
®Náy : y eso???
Nûbëcitå_ : jeje, me lo tienen prohibido

Nûbëcitå_ : jejeje

Pero como no siempre apetece tener que irse a un cyber café para poder charlar con los amigos, hemos expuesto aquí algunos trucos para que se puedan ir probando y, con tiempo, quizás más de uno se ahorre algún que otro disgusto. Lo realmente útil es decir la verdad, pero nos tememos que en el caso del jefe no vaya a ser muy comprensivo, así que mejor calladitos. Pero con la pareja... quién sabe; quizás se apunte y todo al fascinante mundo del chateo o, simplemente, podáis compartir unas risas con otra gente de la sala y descubráis que esa persona que vive con vosotros desde hace mucho, no es tan muerm@ como parece. Como dice la canción “la vida de te da sorpresas”.


(de Andrés Aberasturi y Pura Salceda, Hola, de dónde eres? Manual de urgencia para navegar en los chats, ediciones B, 2003)