jueves, septiembre 24, 2009


Sé de ti, de tu vida.
Siempre alguien te nombra,
dibuja tus pasos,
comparte olas conmigo.
Y sabes de mí,
del café que no tomaremos juntos
y del descuidado aroma
de una vieja canción que aún nos conmueve.


Y este mar online se viste de ecos,
parpadeo efímero,
lienzo de tus dedos,
trazas de luz en mi penumbra.



(de Mares Online, Ed. Sial, 2007)


Imagen: Alex Aristei

martes, septiembre 15, 2009


NAXOS

La pleamar de velas funerales
en el sueño de Ariadna se alejaba,
un hilo de ceniza entre los dedos,
la faz del Minotauro en las arenas,
el amor como un vino derramado,
donde naufraga el viento soledad,
un laberinto que no tiene entrada,
los gritos que te buscan no penetran
en la caverna suave de tu sueño,
y al despertar el sueño continúa,
y tu lamento impulsa más las velas,
Teseo no esperó ese laberinto,
tú lo desconocías en ti misma,
precipicio en el mar y en la distancia.
Si yo te hubiera conocido a tiempo.

(Enrique Badosa, Mapa de Grecia, 1989)

23 de setembre 2009. 19:15 h.
Llibreria Bertrand de Barcelona
(Rambla Catalunya, 37)

DIÀLEGS POÈTICS

Enrique Badosa
dialoga poèticament amb
Pura Salceda

presenta Dante Bertini

lunes, septiembre 07, 2009



FALO


Falo de desexo
e pronuncio o teu nome.
Imposible outro nome.

Falo de gozo
e o meu ollar
é ollar teu de longo prado.

Falo de tardes tolas
e penso nas mans
de lóstregos xenerosos.

Falo de entrega
e aparece a túa sombra
polos meus corredores escuros.

Máis alá destas catro paredes
nas que habitamos estremecidos
só existe o silencio,
o pacto,
o medo,
cando perdernos ten sabor a dúbida,
a precipitarse,
a temor a quererte
e a que me queiras.


(A Ollada de Astarté, Ed. Espiral Maior, 2007)




HABLO



Hablo de deseoy pronuncio tu nombre.
Imposible otro nombre.


Hablo de gozo
y mi mirada
es tu mirada de largo prado.


Hablo de tardes locas
y pienso en las manos
de relámpagos generosos.


Hablo de entrega
y aparece a tu sombra
por mis pasillos oscuros.


Más allá de estas cuatro paredes
en las que habitamos estremecidos
sólo existe el silencio,
el pacto,
el miedo,
cuando perdernos tiene sabor a duda,
a precipitarse,
a temor a quererte
y a que me quieras.


Imágenes: Günter Blum y Robert Mapplethorpe




martes, septiembre 01, 2009


DESCONECTARSE


Noto tus pasos detrás de mí,
sigues el mecer de mis caderas
por los ajados pasillos de un hotel.
Un laberinto palpita ligero.
Abro la puerta y entras.


Te miro sentado en la cama hablándome.
Sé que tras cada frase tuya existe una mirada,
el dulce desasosiego,
el corazón de la tiniebla.
Intento contestarte sin perder el control.
Todavía no.
Aplazo el abandono;
aún quiero ser yo mía unos instantes.


Se abre el precipicio de tus ojos.
Tus manos se adentran en mi falda.
Estás hermoso.
Te deseo.
Como siempre
o más.

Me dejo llevar por tus besos y te huelo.


Tu aroma se enseñorea de mi cuerpo
y jugamos a jugar,
a reinventarnos,
a adivinarnos detrás de cada gesto.
Es tan fácil estar contigo.
No hay lucha,
nadie quiere ganar.



Cae la tarde y yo, hiedra en ti.


Sólo necesito tu piel para estar viva.
Asirme en un abrazo largo y tendido
mientras me susurras
y me siento diosa de diosas entre tus manos.
Ésas con las que dibujas en mi rostro siluetas
con dedos pincelados
de todos los colores de la ternura.


Me rindo a tus silencios.
Ahogo mi llanto
-sois tan frágiles a veces-
pero estoy flotando entre tus caricias.


Me preguntas qué quiero
y yo no quiero nada,
porque todo lo tengo.
Sólo necesito anudarme a tu cuerpo,
no pensar,
olerte,
sólo olerte lo mismo que una loba.


Plantamos acacias de abismos en la piel estremecida.


Volvemos a jugar.
Las piezas ya dispuestas,
se avecina el jaque.
Mi cuerpo espera ansioso el lance final,
sentirte dentro,
pero no quiero que acabe aún la partida.
No quiero.
No quiero.
Sé que tras el mate te marchas
y no quiero echarte de menos.


Esta vez te vas antes porque dices que vuelves,
pero no volverás
-lo sé-
y te vas a ir antes de tiempo.



Espinas se clavan en las sombras.

Y te fuiste,
vestido de ese otro tú que no me pertenece.


Todo sigue oliendo a ti en tu ausencia.
Estás.
Pero el sueño retoma los caminos hacia el otro mundo,
ése en el que se conjugan verbos sin ti:
almorzar,
                         pagar,
                                coger un taxi,
volar.


Y sigue lloviendo sin pedir permiso.




(de Versos de perra negra, Ed. Sial, 2005)


Imagen: Katarina Sokolova