martes, marzo 18, 2008



Saïd, todo ojos,
mil ojos,
estrena voz
bracea río arriba, lejos,
muy lejos
mar de obtusas vocales.


Juegan la e con la i,
batallan por reconocerse
por ser flor y espina,
duna y arena amazigh.


Saïd se columpia,
gajo de naranja fresca,
manos de media luna
tierra nueva de promesas.

Imágenes: Georgina García-Mauriño

en Poética in Blue

17 comentarios:

Pasion_intima dijo...

Es precioso. me gusta mucho.
Un beso

nuria ruiz de viñaspre dijo...

realmente preciosos tus cantos húmedos
encantada

nuria ruiz de viñaspre dijo...

y te sumo, es decir, te añado

Luna Carmesi dijo...

La cultura viene y va.
Lejana a veces, aproximandose otras. Divertida y levitando. El problema es cuando le rompen el columpio.

Landahlauts dijo...

El caso es tener futuro, aunque haya que bracear muy lejos...

La Valentina dijo...

Es poesía Pura...

Besos

Mamen dijo...

Sencillamente precioso. Y tierno. Dan ganas de abrazar la pantalla.

Besos,
Lula.

BUDOKAN dijo...

Tan corto como bello, además me parece uno de los más azules que has subido. Saludos!

mjromero dijo...

Qué naïf, no?
Me gusta.

Roccocuchi dijo...

Bellisimo tu blog, me encanta

enrique dijo...

Reina del Atlas...

Anónimo dijo...

Lo mejor para Saïd.

Anónimo dijo...

Esta historia es de un judío
conocido por Ben-Hur
que era amigo de un romano:
don Mesala, ¡ya ves tú!

Como era rico tomaba
la vida con lasitud.
¿Y qué más tomaba el hombre?
¡Ah, sí! Tomaba vermouth.
Vestía con ropas caras,
con sus volantes de tul,
también con su camisita,
también con su canesú,
con túnicas de brocado
y con un turbante azul
adornado con cien perlas
y una pluma de avestruz
que le había costado un ojo,
pues vino del Camerún.

Pues Mesala va y se enfada
y toma con acritud
que del tejado del Ben
—así como al buen tun tun—
le tiren un tejo gordo
para darle en la testuz.
Ni corto ni perezoso
Mesala coge a Ben-Hur
le prende, le juzga y dicta
la pena de esclavitud.
Ben-Hur dice que le suelten
y el otro, que «Tururú».

Pronto vemos al judío
diciendo a su gente «Abur»
y en menos que canta un gallo
(o que rebuzna un cebú)
está remando en trirreme
con rumbo a otra latitud.
ritmo de tambor y azotes
Eso no le gusta a ben hur
y remar cansa las mollas
y te deja hecho yogur.

Tiene suerte, porque hay guerra
eterna, como en Beirut,
y la flota del romano
pronto se queda kaput.
Ben cae al agua y se moja,
grita palabras tabú
y rescata a otro romano
que estaba haciendo glu-glú.

(Me he metido en un problema
con este romance en ‘u’
y ahora no encuentro las rimas.
¡Me va a dar un patatús!)

El patricio le prohíja,
le enseña a jugar al mus,
vamos: que le hace un romano
completo, de cara y cruz.

Pero hete aquí que Mesala
—que estaba allí y no en Moscú—
le desafía a que corra
ante una gran multitud
con un carro de caballos
de madera de abedul.
Hur accede, corre y mata
en la carrera al besu-
go de Mesala y se venga.
¡Qué a gusto se queda! ¡Uf!

¿Pero, y su hermana y su madre
prisioneras en un tu-
gurio infecto? ¿Qué les pasa?
Pues que están llenas de pus
porque es que en Roma hay más lepra
que por los mares del Sur.

Pero pasa que se forma
un viento, como un simún
con lluvia que va y las moja
y como un santo champú
lava las llagas de ambas
con milagro y pulcritud.

Como ya no queda nada
por hacer, nuestro Ben-Hur
vuelve a Israel, donde aprende
a manejar el laúd,
se compra una alfombra persa,
se compra un perro lulú,
come manjares exóticos
y pimientos con atún,
se lee todas las novelas
escritas por Pearl. S. Buck,
se suscribe al Boston Herald,
estudia a John Locke y a Hume,
visita a muchos amigos,
se hace adicto al Chupa-chups
y se dedica al disfrute,
viviendo mejor que un Dux.

(Aquí se acaba la historia
del idiota de Ben-Hur
y el majadero Mesala.
La contó Enrique Gallud.)

FELIZ SEMANA SANTA Y NADA MEJOR QUE ESTE GENERO DE CINE PARA ESTA FECHA. A PRACTICAR CON EL LATIGO!

UMA dijo...

Un desafìo al intelecto, lo que llega es lo que tenemos dentro.
Bello, bellas imàgenes.
Un abrazo, Sintagma

Pilar M Clares dijo...

Que imnagen más clara la de "manos de media luna", me doy cuenta de que siempre lo pensé, anda.
Y San Agustín amazigh? Me cayó gordo siempre, esas pruebas de existencia de dios. Desvelación, pero no creo que lo revise, hay tanto...
Abrazo

coco dijo...

Yo tenía un comentario superinteligentedelamuerte, con la brillantez que me caracteriza, hasta que he leido el comentario del romano y me he perdido. En fín, eso sí: precioso post.

Anónimo dijo...

Qué ternura, qué inocencia...