Piedra
Nunca fui una mujer sabia
tropecé cien veces en la misma piedra
cada una de ellas fue hermosa mientras dolió.
Apenas recuento sus márgenes.
Se quedaron atrás, observándome.
Me señalan con el dedo en alto,
espada de ridículos,
colección de muecas.
(Indolencia Guzmán, Tú te lo pierdes)
Imagen: Sophie Thouvenin
18 comentarios:
De verdad que no me entero. Sabia, pero ¿respecto de qué?
¿Son las pobrecitas piedras las que bareman nuestro saber?, pues anda que no han ascendido de valor
Reiki, los chistes y los poemas, si se tienen que explicar pierden la gracia.
Me encanta la foto, y mi piedresxcita sería besarle entre las rosas que rodean su cuello.
Qué sería de nuestro sendero sin esas piedras. Y encima hay que mirárselas sin rabia, ¡qué mayor sabiduría que esa! (bienaventurado quien la ha alcanzado)...
La sabiduría es un arma de doble filo: si hubiese sido un poco menos sabio hubiese hecho otra cosa, quizás la misma que si hubiese sido un poco más sabio.
Quizás recordamos los tropiezos porque tropezamos poco. Parafraseando a Girondo:
"Tropezar a lágrima viva. Tropezar a chorros. Tropezar con la digestión. Tropezar con el sueño. Tropezar ante las puertas y los puertos. Tropezar de amabilidad y de amarillo.
Abrir las canillas, las compuertas del tropiezo. Llenarnos de cardenales el alma, la camiseta.
Patear las veredas y los paseos, y salvarnos, a patadas, de nuestros tropiezos.
Asistir a los cursos de antropología, tropezando. Festejar los cumpleaños familiares,
tropezando. Atravesar el África, tropezando.
Tropezar como un cacuy, como un cocodrilo... si es verdad que los cacuíes y los cocodrilos
no dejan nunca de tropezar.
Tropezarlo todo, pero tropezarlo bien. Tropezarlo con la nariz, con las rodillas. Tropezarlo con
el ombligo, con la boca.
Tropezar de amor, de hastío, de alegría. Tropezar de frac, de flato, de flacura. Tropezar
improvisando, de memoria. ¡Tropezar todo el insomnio y todo el día!”
Un tropiezo.
Real, muy real; hermoso a la vez. Saludos
como suele ser costumbre en mi desde que poseo blog es devolver la visitas y trato de no hacerlo una vez que seria la de rigor, si no volver y volver a visitar los blog que resultan interesantes al ser descubiertos, y el tuyo, doy fe de que tan intesante como la noche que cobbija sueños, anhelos y susurros disfrazados de lamentos, pùede ser la visita continuada a tu blog.
un placer pura y gracias por la visita,
te pongo en mi lista de link,s
Y yo que pensaba que mi hermano tenía problemas porque colecciona piedritas del mundo... hasta leer tus líneas, no entendía que yo misma tengo una colección mucho mayor que la de mi niño...
Vale, ya he empeñado el disfraz de caniche y me he comprado el de piedra. (Y eso que me jode el anuncio ese del clio, el de piedras en reproducción). Pero bueno, todo sea por la poesia. Anda, pásame por la piedra.
Hermosas piedras mientras duelen (masoquismo encantador que termina robándose las palabras)...
Que bello y que certero...
Te dejo un beso grande...
Hay que convertirse en experto en tropezar muchas veces sobre una piedra, para saber como convertirla en diamante.
Precioso blog :) felicidades!!!
1saludo!!
Esta Indolencia siempre da en el hueco justo y preciso del alma, ese donde quedan las piedras hermosas que tanto dolieron...
me fascinó la imagen de
"espada de ridículos,
colección de muecas"...
Realmente Indolencia se las trae, siempre oportuna para mí, es un placer leer(te)(la).
un beso
el amor nunca es ridículo
Me gusta esta idea de encontrar un "Universal" sustancializado en el más inocuo de todos los objetos. No se requiere ni el nombre ni la rosa, cuando LA piedra se manifiesta en todos los tropiezos. Y que piedra, en particular...
Selectos poemas inquilinos también los de tu espacio
Saludo desde Lima
El dolor es vida
El sufrir no es vida.
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