Dionisios y Euterpe se conjuran. Saben a tímido verano las callejuelas escuras. Una luna redondísima, anaranjada, anuncia su llegada. La plaza que vio a reyes medievales morir entre sus brazos, que escucha cada domingo un tenaz órgano latiendo en Santa María, que baila al compás de los niños que entran a la escuela, corre corre que cierran; esa plaza, esta noche, se calza de notas, caracolea en unas manos danzarinas y todo empieza. Eddie Palmieri se entrega a su teclado, rendidos todos ante la trompeta mágica de Brian Lynch.
9 comentarios:
inquietante jazz, ahora que vienen los festivales.
Un abrazo
Todo sea por sofocar el calor y relajar músculo...;)
¡¡¡saborrrrrr!!
Yo este verano no me pierdo a Benson, ni a Pizzarelli, ni Madeleine Peyroux...Y si Ennio no tocase en Lorca, tan lejos de donde estamos en verano, tampoco me lo perdereía...
Gracias, Pura...esto es muy, muy bueno
quizá mejor leas mis poemas...
gracias por la visita
Recuerdo cuando compartía honores con su hermano Charlie, siempre
acompañado de excelentes músicos y trompetistas de la talla de
Chocolate y Juancito Torres, Lynch no se queda atrás.
DTB
un placer para los oídos!, y para el alma, como lo presentaste. Sólo vos podés transportarme así, al calor.
aquí hace un frio tremendo, y sentí el calorcito, la luna, el sentir del veranito!
gracias, blue!
Con la luna anaranjada y este jazz que sabe tanto (de sabor y de saber) vengo a dejarte un beso hasta que nos volvamos a ver (me marcho de viaje unos días).
Oye, Niña Blue, cuánta belleza hay aquí...te lo he dicho ya, ¿verdad?
Besos de colorines...y el in blue de siempre.
Eeeeeeee! T� has estado de tasta vins estas noches, eh? ;) Un lujazo tener a esa pe�a por estas tierras. Y ma�ana Maceo Parker, hummmm! ese no me lo pierdo �vienes?
Absolutly, yes !!
Jazzy
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