sábado, diciembre 23, 2006

tierra extraña

Si la veteranía es un grado, me pregunto por qué no soy capaz de profesionalizar las compras navideñas, las comidas pantagruélicas, los regalos o la insoportable levedad de los villancicos vomitándolo todo. Pasan los años y no deja de invadirme siempre la sensación de náufrago en un mar hostil, del inmigrante en tierra extraña. Admiro esa capacidad para la elaboración de una lista de la compra como una partitura perfecta repleta de futuros sabores, porque sé que jamás seré capaz de adquirir esa habilidad. Fechas y menús, primeros platos, postres, bandejas de patés... es magma informe que nunca logro cuadrar en mi mente. Después, me aferro con los dientes al caos, a la impostura y llego a la orilla, logrando dar el pego de manera bastante convincente. Sólo me consuela la voz de esa Pollyana que anida en alguna parte de mí, cuando pienso que, por fortuna, queda un largo año hasta que vuelva la próxima navidad.

8 comentarios:

Unknown dijo...

....simplemente fluye.... como lo del auncio de Bruce Lee.... be water, my friend.... todo pasa, nada permanece.... ;)

eSadElBlOg dijo...

No desesperes...

Ángel Fondo dijo...

De estas fechas sólo salvo el turron de yema tostada que hacen en Trocadero (que es una pastelería) y los buenos deseos. Estos últimos no dudes que te los entrego de corazón.
Besos especiales y un brindis por los nuevos amigos que comparten pensamientos, narraciones y poemas.

[ Hródric ] dijo...

a medida que envejecemos nos cansamos más pronto.

el sol se pone asesino...

Anónimo dijo...

Bonito y complejo entramado tus blogs, creo aue ha sido un buen salto el llegar aquí.

Y como las fechas lo requieren: bon nadal y feliz mejor año entero!

:)

El detective amaestrado dijo...

No sé como a nadie no se le ha ocurrido la idea de montar una empresa que se encargue de organizarnos todo lo relacionado con las navidades. Incluso encontrarnos un doble perfecto que nos sustituya en las cenas con cuñados y demas seres limítrofes...

LOLA GRACIA dijo...

Me encanta las luces de la navidad, los niños sonriendo por la calle, la ilusión y el buen rollitO.Odios las compras navideñas per sé...Yo voy comprando a la gente que quiero durante todo el año y, a veces, que no siempre, lo entrego en Navidad...
También odio los villancicos sonand a todo pasto...porque en general son bastante horroSOS. Otra cosa es que me pongas un disco navideño de Diana Krall.

Anónimo dijo...

A mí nunca se me dió bien la intendencia. Mi pareja y yo estuvimos viviendo 11 años en el campo, a 7 km del pueblo más cercano. Nos regalaron un arcón congelador para guardar los víveres. Allí solo logramos poner barras de pan y el vino con gaseosa para enfriar en verano. Por lo demás íbamos todos los días a la compra, la mayor parte del tiempo en mobylette o en bicicleta. A mí vez regalé el arcón....
Cosas que pasan. (Y menos mal que pasan).