viernes, abril 23, 2010


Se cierran los ojos
con la placidez del regreso,
de saberte después de surcar tantas sombras
en tus manos de libélula.
El labio sueña un reposo silente.
No es necesario explicar nada;
uno es lo que es
y no hay más.
El cuerpo anida ya en los brazos
de antiguas raíces

en la tierra hambrienta
que parió mil deseos.




Y yo regreso a ti,

hija de mares y olvidos,
de rutas de ida y vuelta,
de manos vacías, de sí pero no.
Ahora, no importa;
tu boca sabe a olas
y mi lengua, en tu vientre,
siembra sal.

(De Mares online, Ed. Sial, 2008) 



Imagen: Soledad Fernández

sábado, abril 10, 2010


El dolor que entonces lo era todo,
padre y madre de entraña,
...............................absoluto
no es ahora ni tan solo duda,
breve rumor.


............................Tú dices Mar
............................y no te escucho


porque después de ti,
-blanca inmanencia-
florecieron rosas
a miles
en mi boca.








Sergio Dalma, A buena hora.

Imagen: Flor Garduño