-¿Nunca has tenido deseos de tomar un avión e irte lejos? A un lugar donde nadie te conociese, que pudieses empezar de nuevo, sin rastros, ser otra persona...
-¿Y qué harías diferente, María?
-No lo sé. Actuar sin prejuicios, sin ser lo que se espera de la hija de, de la madre de, de la esposa de...
-¿Y cuánto tiempo crees que te duraría esa ficción?
-¿Por qué "ficción"? Sería yo, sólo que de otra manera, sin responsabilidades adquiridas, Mónica.
-Yo creo que acabarías siendo la misma que eres.
-Joder, no me digas eso. Es como condenarme a repetir los mismos errores.
-No serían los mismos errores porque tendrías memoria de tu antigua vida y llevarías contigo tus vivencias y lo que has aprendido de ellas. Por eso acabarías haciendo lo mismo que ahora.
-Podría ser una libertina, tirarme a todos los tíos que me diese la gana, sin explicaciones, sin pasado.
-¿Y qué más harías?
-No sé, Mónica, ser otra.
-¿Y yo sería amiga de esa otra?
-Renunciaría a todos mis amigos. Es el precio.
-¿Y si nos vamos las dos y nos repartimos los tíos? Veamos... tú los rubios los días pares y yo los impares y luego lo mismo con los morenos. Los pelirrojos serían negociables. Y los negros y los chinos nos los podríamos jugar a cara y cruz.
-Y nos desharíamos de los plastas sin remordimientos. ¡A tomar por culo!
-Y el que folle mal o explique miserias... ¡a la mierda!
-Eso, eso, ¡¡a la mierda!!
-Y trabajaríamos en un bar de copas como el Bar Coyote y bailaríamos sobre la barra.
-¡¡Eso, eso, sobre la barra!!
-Joder, qué tarde se ha hecho. Voy a buscar a los niños, que hoy Enrique tiene baloncesto y Natalia ballet.
-Sí, yo voy al veterinario a recoger a la gata y tengo la nevera vacía que entre semana no me da tiempo a nada. Ah, y que no se me olvide pasar por la tintorería a buscar el traje de Antonio.
-Ni a mí el reloj de Luis.
-¿Nos vemos el lunes para tomar un café?
-Claro, ¿en el sitio de siempre?
-Sí, en el de siempre.
Imagen: Floriana Barbu