martes, marzo 13, 2007

La fugacidad de la vida


Carmen mira de nuevo su reloj. Hoy parece que sí. El tren llegó puntualmente y saborea con calma el camino hasta el Instituto. Sus pies siguen el ritmo tapizado por la música de su i-pod. Hace un día radiante, se nota que la primavera no tardará en alcanzar la costa a nado. Al otro lado de la autopista aparece ante ella el camino de tierra que circunvala el pinar. Apenas nadie camina por él. Los alumnos están ya todos en las clases de primera hora de la mañana, dentro de un rato los volverá a ver, corregirá sus redacciones y les hablará de Jorge Manrique y de la fugacidad de la vida.

Un hombre mayor pasea a su perro de raza indefinida. Ella imagina que él es un emigrante de los que llegó en los años sesenta a la ciudad desde el sur en busca de un futuro para sus hijos. Seguramente tendrá una buena familia, una esposa que limpiaba oficinas hasta tarde, tres hijos. El mayor es abogado. Los otros dos trabajan en un taller. Los domingos se reúnen para comer todos juntos. Los nietos, entre los ajados sofás de polipiel, juegan a guerras galácticas.

Carmen cada vez está más cerca del anciano que se ha parado a un lado del camino. Pronto estará a su altura. El hombre se recoloca la boina y la mira. Parece que quiere pedirle algo. Carmen se aproxima y el hombre pronuncia una frase. No lo ha entendido porque tiene aún conectados los auriculares. Se los quita y antes de que ella pronuncie un "perdone, dígame" el anciano repite: "¡¡Vaya tetas que tienes, morena!!". (*)


(*) historia real como la vida misma

Imagen: Aqeung Hatma Mardika

30 comentarios:

Osselin dijo...

Vaya baile de estereotipos...La realidad imita a la diletante sociología bocacciana de los 70.
Por San Paco Candel y San Vazquez Montalbán. Lo que llegan a ser las clases bajas.
Bueno, todo lo quita un dry martini, agitado , no movido , please.

Desde Ciudad Satelite(Cornellà)

Anónimo dijo...

Que inesperado final (sonrío)
:
Slds

El detective amaestrado dijo...

Un encuentro entre la realidad y la poesía de la experiencia...
(Me ha hecho mucha gracia, chicatabladesurf también se hubiera reído)

Adúlter dijo...

¿Y era verdad?

coco dijo...

La realidad siempre supera a la ficción. Porque yo no tengo perro, que si no...

enrique dijo...

Magnífica historia.
Claro que con esa morena es normal que el vejete peripatético diga tales cosas...
Hoy tus versos honran mi sitio.

gemmacan dijo...

Nunca hubiera imaginado ese final, aunque tratándose de un tío. Y de unas tetas.
:)
Besos

Rufus T. Firefly dijo...

En realidad es lo que de toda la vida se ha llamado "cultura del piropo castizo", una especie de impulso instintivo y que no conoce edades, que supone una salivación constante y una expresividad propia de autenticos cromagnones incluso en vetustos ancianos respetables (viejos verdes de toda la vida, pero riete tu de lo politicament correctos que parecen en los reportajes humanos de la cadena amiga). Sin embargo me fijo más en que la gente joven... bueno, yo soy joven, pero me refiero a la otra gente joven, nunca son capaces de apagar el i-pod. A lo sumo te dedican el gesto, de por si demasiado entregado para ellos, de quitarse uno de los auriculares. Pero en fin, como decía una amiga mía, el consuelo de que se vuelvan verdes en la vejez es que por mucho que se esfuercen tu corres más que ellos. Ya lo dice Milanés: "El tiempo pasa, nos vamos poniendo viejos. El amor no lo reflejo como ayer".

Z... dijo...

¡ay de nuestras percepciones amoldadas a estereotipos!
jejejeje
(afortunadamente, son desafiados en cada vuelta del camino)

Antonio F. Marín dijo...

Además de excelente poeta te va también la prosa. Y además prosa excelente, irónica y hasta con humor negro.Aunque a lo mejor sólo lo he visto yo.

Anónimo dijo...

A mí, desde hace poco, me encanta la poética de lo obsceno :)

Siempre puede entenderse un "Vaya tetas tienes" en todo su esplendor lírico y sentimental.

Lost in Translation dijo...

jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa, me he reido mucho. dios mio...jaajajajaajajajajaja gracias por regalarme esta sonrisa!

josejimenez dijo...

jajajajajajaja¡¡¡¡

no esta acabada la historia...

saludos

Pedro Luis Barbero dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Si la historia es real... se imponia haber puesto una foto de las tetas de la morena en cuestión.

Me que quedado con un suspense... :-)

Tyler Durden

Anónimo dijo...

Que jodío.

Felipe Sérvulo dijo...

Hola:
Muchas gracias por aparecer por mi casa. Por cierto, pensaba que te había enlazado y revisando he visto que faltabas, por supuesto que lo he subsanado rápidamente, es un honor tenerte como "bitácora amiga".
Me ha gustado tu relato y me ha dejado, un poco, triste su final. Yo como "tío", como dicen algunas comentaristas, me avergüenzo de ciertos comportamientos machistas y me entristece, también, la trivialización que se hace del género masculino por parte de algunas seudofeministas. Somos personas y sufrimos muchas veces en nuestras carnes muchas injusticias. No es bueno caer en los mismos comportamientos que se critica, ni es buena la generalización. Recursos, por otro lado, que retrata a quien los emite y demuestra cierta pereza intelectual.
Enhorabuena por tus blogs, tanto en su estética (muy cuidada y preciosista) como en el contenido (profundo y ameno). He pasado muy buenos ratos en ellos y pienso volver con frecuencia: tengo la llave.
Un abrazo y adelante.

Anónimo dijo...

como la vida misma

saludos

NoSurrender dijo...

es cierto que hay gente muy sincera con sus emociones. Otros, en algunas situaciones, lo pensamos obsesivamente sin decir nada, manteniendo una británica compostura ;)

Juan dijo...

Es una suerte, la de ese hombre, llegar a la vejez sin haber perdido las ilusiones (y las fijaciones) de la juventud. ¿Grosero?, no, más bién un viejo joven que se cruza con una joven y le dice lo que, en su tiempo y con su cultura, se decía para demostrar su admiración por la dama encuestión. ¡Y para él no ha pasado el tiempo!

Es una delicia leerte, Pura.

Anónimo dijo...

Es acojonante, mientras te leía ya había perdido la cuenta de las veces que me he muerto, hasta que literalmente me has "des-ipodizado" con ganas de precipitarme a un par de tetas.

¿Sabes? Sospecho que eres un arma de abducción masiva !!!

Aurefaire dijo...

jajaja final inesperado jajaja me encanto... aunque si me dijeran eso no me reiria jajaja
Besitos de hada!!!!!!!!! y gracias por pasar por casa

Ángel Fondo dijo...

Claro está que con la edad se pierde la vista pero no el deseo. Y como la vista que se pierde es la de cerca se sigue disfrutando de las bondadades que regala el firmamento.

Cada mente un mundo.

Besos.

LOLA GRACIA dijo...

Es que hay abuelos con mucha marcha

Mariano Zurdo dijo...

Lo cotidiano y sus rupturas. Por eso me gusta escribir sobre el día a día, porque la gente espera rutinas, se relaja en la lectura y se encuentra con novedades que le despiertan como si le dieran una buena colleja.

M. Imbelecio Delatorre dijo...

Me he quedado con la boca abierta... Flipa, sintagmi, qué curioso: ¡a mí me pasó exactamente lo mismo el otro día! (salvo que yo no escuchaba un ipod, sino un zen; yo no iba de camino al curro, sino que estaba en un bar; y el ancianete de boina era un pincho de pollo con su lechuguita y mayonesa. Ah, y lo del piropo a su incomparable pechuga, se lo dije yo a él, no él a mí.

:) ¡qué bonito pensar que una casualidad como ésa une a dos personas a milindrones de decímetros cúbicos de distancia!

*suspiro amoroso*


*amoroso suspiro*


*suspiro suspiroso*


*suspiroso suspiro*

(¡ojalá esta noche tú sueñes con sabrosos pinchos de pollo, y yo con turgentes protuberancias femíneas, ¿no sería bonito?)

*resuspiro*

:) una sonri.

Alma dijo...

Imagino al don con muy buena visión para su edad aunque si no
fuera así, tratándose de "esas cosas" lo que le falte a la
realidad lo añadirá el pensamiento. ¿Y la edad? Bueno,
eso lo habrá olvidado.

DTB

Unknown dijo...

....la olvidada ciencia de los piropos ya no es lo que era.... XD

eSadElBlOg dijo...

que bueno! si es que los hombres son así de sinceros y espontaneos.

Liton dijo...

Jajaja....Y seguro que no es porque fuera emigrante...
¡Ah!, (suspiro),La levedad del idilismo.
En todo caso, ¿era verdad lo de las tetas?.....Jajaja.