"Él comprendía la entrega total en pos de una pasión
muy intensa y también sabía de sus peligros. Entregarse era renunciar al
control, era renunciar a una parte de uno mismo, donde el abismo mostraba dos
caras tremendas y opuestas. Una de ellas era el dulce abandono, el puro goce;
la otra era el abismo de quien se mira al espejo y nada se refleja en él."
[Imagen: Fan Ho]