domingo, agosto 31, 2008


Son casi las doce de la noche y una densa pereza de envuelve. Quizás fuese mejor irse a dormir, dejarlo correr. Sí, casi mejor así. Seguro que el concierto acaba a las tantas y luego mañana como una zombie, con lo que me cuesta reponerme ahora de los trasnoches. La edad no perdona. Pero para una vez que actúan cerca y no ir, la verdad es que es una pena. De todas maneras siempre está uno a tiempo de volverse cuando quiera, te cansas, te vas y listos. Tienen razón los que dicen que uno se desentrena pero es que para una vez que vienen...


Y fui. Luces, escenario simple pero con elementos barrocos propios del grupo y de pronto Alaska aparece, toda ella torrente veloz, con un espectáculo fantástico a la altura de cualquier expectativa previa. Y yo, bailando y cantando como una loca, el concierto pasa como un suspiro y quiero más.

Una vez alguien me dijo como un reproche que me movía siempre en la ambigüedad. Será por ello que Fangoria me fascina, siempre rozando el lado oscuro, lo inadecuado. Y me doy cuenta de lo feliz que soy allí en medio de tanta gente coreando las letras, con toda la noche en el cuerpo, pidiendo más, y soy consciente de que no tengo remedio, que tanto en el amor como en el sexo como en todo lo demás uno no puede evitar ser quién es porque existe una verdad inapelable y es que la cabra tarde o temprano, aunque sea vestida de niña buena,... tira al monte.



(Fangoria, Electricistas)
Imagen: Jan Saudek

martes, agosto 26, 2008



Perdí toda esperanza de verte
y los días se hicieron herida.
El laberinto abrigaba los colores del destino
mientras me perdía en él
a fuerza de olvido y sombras,
de sobrevivir cálidamente en otra piel
para soportar el duelo de tus ojos.
Luego, inventé para ti otros nombres
en un silabario de venganzas.
No hubo tregua para tu ausencia,
mi boca se hizo alambrada y espino.
No quedaban más caminos para andarnos,
sólo tapizaba la hiedra desesperada
los viejos quizás.

A tu vuelta
era yo muralla de espuelas.
Cada palabra tuya era puñal en mis manos,
cada mirada, sabor de ofensa.
Eran días de luz y desasosiego
de te odio porque me dueles
de si te has de ir, no vuelvas.

Preparé una tregua en la víscera al acecho
una bandera blanca
que permitiese recoger todos nuestros muertos,
enterrar cada crisantemo,
cada recuerdo,
cada sombra cobijada en el aullido.

Y regresaste altivo,
guerrero que reclama lo que es suyo,
pero ya nada era tuyo, mi capitán.
Nada hubo entre tus manos
mientras yo no quise.
Incrédulo era mi paso,
incrédulas mis tripas,
aunque tu boca entonase
un alto el fuego para reconstruirnos.

Y entonces, no sé cómo
-nunca se sabe cómo-
se deshizo el conjuro preciso
y de mis ojos llovió
otra vez
tu nombre.



(en Mares Online, Ed. Sial 2008)




Imagen: David Graux
* post reeditado



domingo, agosto 24, 2008




-Dicen que las mujeres tenemos una mayor capacidad de fingimiento que el hombre.
-Es curioso, ¿verdad? Será algo cultural.
-O genético.
-Las mujeres sois mas listas, eso es una evidencia
-O no.
-Sí, sois más listas.
-¿Listas? No lo creo, porque fingiendo, al final no se va a ninguna parte.
-Te aseguro que sí, que conseguís más cosas que nosotros. Y si no se va a ninguna parte, al menos se sobrevive muy bien.
-Pero, ¿quién quiere sobrevivir a ese precio?
-Mmm. Tú sabes que hay muchas mujeres que consiguen lo que quieren a fuerza de... su encanto personal
-Lo sé y me parece detestable, pero yo me refiero al fingimiento diario, a hacer lo que se espera de una, de hacer lo correcto, lo razonable.
-Yo es que siempre soy muy sincero con mis sentimientos.
-Ya.
-Por cierto, ¿te ha gustado... lo de lo hoy?
-Has estado maravilloso, cielo.





Imagen: Yuri Bonder

martes, agosto 19, 2008


"Cualquier cosa tuya basta. Culaquier cosa que te sobre y me des, será suficiente. Dame lo que quieras, dame también lo que no quieras, la cosa más pequeña que venga de ti, lo que te sobre, lo que nadie quiera, lo que tú no quieras, nada, cualquier cosa, lo que sea, cualquier cosa que venga de ti me basta. Dame lo que te sobre, dame lo que nadie quiera, y para mí será suficiente, me bastará eso tuyo que nadie ni tú quieres."



(Albert Tugues, "El cancionero de la nada amorosa" en El caso de una sangre derramada)




Imagen: Herb Ritts

domingo, agosto 17, 2008


Retornos. Caminos de ida y vuelta, desde el origen ya ajeno, sólo media piel de mí misma. Lengua en extinción, lucha desigual, aldeas online.



(Andrés do Barro & The Doors, O tren)

Imagen: Hórreo de "Os Tombelos" (Feás, Ourense)

jueves, agosto 14, 2008


Acrobacias. Triple salto mortal. Espejo sobre espejo en esa inmensa fosa abierta entre nosotros. La piel de los días sabe más distante, lejana luz de lo que ya no volverá a ser. Sobrevuelo cantos, viejas fotos, caricias en sepia, acrobacias de telones.




Imagen: Geoffroy Demarquet

viernes, agosto 01, 2008