Los hombres que me gustan o no, por mejor decir, los hombres que me pierden, reúnen todos ellos, que yo sepa, tres condiciones secretas. En primer lugar, son guapos: me avergüenza reconocerlo, pero es así. Segundo, son inteligentes (...) Y ahora viene el ingrediente fundamental, el tercer elemento que cierra el ciclo de la seducción como quien cierra un candado: son individuos con una patología emocional que les impide mostrar sus sentimientos. Esto es, son los tipos duros, fríos, reservados, ariscos, en quienes creo adivinar un interior de formidable ternura que no consigue encontrar la vía de salida. Yo siempre sueño con rescatarlos de ellos mismos, con liberar ese torrente de afecto clausurado. Pero eso nunca se logra. Y lo que es aún peor: sospecho que, si algún día uno de esos chicos duros llegara a transmutarse en un individuo afable y cariñoso, lo más probable es que dejara de gustarme. La Marca es así: una tirana.
(Rosa Montero, La loca de la casa)
Imagen: Guthier.